Rovio, la compañía finlandesa creadora del juego para teléfonos
inteligentes, con más de 1.000 millones de descargas hasta el momento, está
ahora expandiendo sus alas más allá del mundo virtual.
Hasta ahora ya ha lanzado al mercado muñecos de peluche, loncheras,
ropa, artículos de papelería, objetos de bebida y comida, un patrocinio a un
piloto de Fórmula 1 y una línea de joyería. Rovio anunció esta semana que
lanzaría al mercado en Rusia una tarjeta de débito marca Angry Birds en
sociedad con un banco local. El siguiente paso: Angry Birds Land, una de las atracciones principales
de un parque de diversiones que se inaugurará el próximo mes en la ciudad
finlandesa de Tampere.
Los interiores de la oficina de Rovio son exactamente lo que uno
esperaría de un negocio de internet descarado: Un salón central con sofás y
mullidos almohadones de Angry Birds, una cocina abierta en la que los empleados
son alentados a mezclarse e intercambiar ideas, paredes cubiertas con enormes
personajes de Angry Birds, pantallas de televisión mostrando gráficos de
descargas, y una bandada de muñecos Angry Birds sobre casi cada superficie
plana. No hay manera de que empleados o visitantes --quienes deben firmar un
formato en el que se comprometen a no revelar lo visto antes de que se les
permita el ingreso-- puedan olvidar qué pájaros pusieron los huevos dorados que
fundaron la compañía.
La más reciente encarnación del juego --Angry Birds Space-- fue
descargada 50 millones de veces en los primeros 35 días, y actualmente ocupa el
segundo lugar en la lista de descargas pagadas de iPhone y iPad. Finlandia se ha convertido algo así como un centro de prueba inicial
para productos Angry Birds que podrían ser introducidos al mundo. Lo más
visible de esto es Angry Birds Land en el Parque de Diversiones Sarkanniemi.
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